¡Qué aburrido es que todo sepa igual!, ¿verdad? No te preocupes, podemos poner picantito, en ocasiones, a la vida y a la gastronomía también, para escalar la monotonía del gusto gris cuando se convierte en un tono constante.
Siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), os voy a sugerir cómo preparar vuestro propio piripiri. Será un polvo de piripiri enriquecido con las proteínas de los gorgojos. Gorgojos de procedencia casera, siempre mejores que los de criadero. En tu cocina puedes criarlos perfectamente para consumo propio. Es fácil. Para empezar tienes que dejar bien abiertas las puertas de tus armarios de cocina cuando empieza la calor. Las altas temperaturas, la humedad y el viento se encargarán de «servírtelos a domicilio».
Has de cultivar la paciencia. Pasados un par de meses o tres comprobarás que en tu frasco de piripiri en polvo empieza a desarrollarse otra vida. Es el útero fecundado por ellos, los gorgojos. Déjalos que se hagan un poquito adultos (entre 6 y 8 meses).
Llega el momento de fusionarlos, de hacer el piripiri de gorgojo:
En un recipiente hermoso, preferentemente de cristal, pon un colador, cuya función será la de cedazo. En ese colador vierte todo el contenido del frasco de lo que un día fue sólo piripiri en polvo. Despacio, sin prisas, y con la atención puesta en lo que llevas entre manos (esto es un ejercicio de meditación culinaria), ve volcando el frasco, y con una cucharilla ve presionando el contenido con el colador. Observarás que el polvo va posándose abajo, en el recipiente hermoso preferentemente de cristal, y arriba, en el colador, cuya función es la de cedazo, queda una especie de algo oscuro medio envuelto en polvo rojo un poco argamasado. Esos son los gorgojos que has criado para consumo propio. Si quieres más proteínas, los frotas más con el colador, y caerán convertidos en polvo. Los restantes, si es que quedan, los viertes en la basura orgánica.
Ya tienes tu exquisito piripiri de gorgojos, enriquecidos con las proteínas de estos coleópteros herbívoros, sin necesidad de gastarte un pastón en ningún supermercado en la sección de insectos.
Ah, conviene no pasarse mucho, tanto para no provocar a las tripas, como para no hacer ninguna llamada al ácido úrico, pues parece ser que algunos insectos suben este compuesto orgánico a base de carbono, nitrógeno, oxígeno e hidrógeno. Ya sabéis que el ácido úrico elevado puede desarrollar la enfermedad de la gota y cálculos renales.
Apto para la gente celíaca.
Salud, para disfrutar de la vida.
Carmen K. Salmerón.
LOVE It!
Thanks a lot, Santa!
Ay por favor me rompo la caja
¿La caja que sube y baja? (acabo de acordarme de una vieja amiga que decía esa coletilla).
Qué asco! que me rio mucho muy gracioso pero auf! Si que es punkie pero yo los súper ya hay sección de insectos no es algo futurible, es ya.
Sí, Lola-Chien, sí, lo sé. En Carrefour hay, sin ir más lejos. Ya es actual, sí…
Que bueno!!!! Estoy por hacerlo y todo a pesar del ácido úrico y que sepais que en muchos países les parece asqueroso que comamos gambas, langostinos, quisquillas, percebes y caracoles, así que eso.
(Risas). Bueno no creo que te suba mucho el ácido úrico, tendrías que comer cantidad de piripiri de gorgojo.
Por otro lado, el localismo geográfico hace, ha hecho que se consuma lo que ahí hay. Y las poblaciones han crecido y se han reproducido muy bien; es la adaptación al medio. Lo que está provocando alergias o intolerancias es la introducción de alimentos ajenos al localismo (existe una especie de memoria en el adn de la población, lo que reconoce el adn sienta bien, y en ocasiones lo alejado no tan bien – de esto hablo en el ensayo que llevo entre manos -.
Tengo amistades del centro de Inglaterra que se mueren de asco si piensan en comer un percebe o un caracol,bien es cierto.
Gracias, MMM.
Salud, para disfrutar de la vida.
Somos unos maniáticos😆, pues no habrán caído gorgojos en cazuelas ni ná… Enorme, Carmen
¡Lo somos, Mar! Ten por seguro que muchos gorgojos – y otras cosillas – han caído en las cazuelas. Lo que no mata o enferma, fortalece.
Tú sí que eres enorme y rebonica.