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Falafel de ‘El Anico’

10 Ene

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INGREDIENTES para 3 personas:

–  ½ k de garbanzos lechosos (puestos a remojar entre 24 y 48 horas).
–  pimienta negra molida (al gusto).
–  cominos molidos (también al gusto).
–  aceite de oliva virgen extra (para la pasta de los falafels).
–  aceite de oliva (para freír los falafels).
–  sal marina (del Cabo de Gata).
–  4 dientes de ajo medianos y morados (el morado es el color del ajo ibérico, menos salvaje y con más propiedades curativas que el ajo foráneo introducido, el blanco).

–  un manojillo de perejil picado en juliana.
–  unas hojas de cilantro (picadas también en juliana y mezcladas con las de perejil).
–  una cucharadita de bicarbonato (para evitar así los temidos gases pestilentes debido al metano y seguir conservando la poquita capa de ozono que le queda a la estratosfera. Por cierto, has de saber, querido leyente o lector, que la cantidad de metano liberada por los pedos es insignificante, comparada con la cantidad de metano liberada en los eructos, un 90% superior a la emitida por el ano. Hay países que han tenido que firmar en el Protocolo de Kyoto una reducción de emisión de metano, es decir, de pedos y eructos, caso de caso de Nueva Zelanda).
PARA LA SALSA DE ACOMPAÑAMIENTO:

– 1 yogur griego sin azúcar.
– 1 chorrito de aceite de oliva virgen extra.
– una pizca de pimienta negra, preferentemente recién molida.

ELABORACIÓN:

“La cocina es el laboratorio donde gestionamos nuestros pensamientos y emociones”. Este es uno de los principios de la filosofía gastronómica flamenco punk. Bien. En esta receta del realizador, productor y fotógrafo Antonio Anico, ponemos realmente en práctica este principio: los garbanzos, después de su remojo, han de ser desprovistos de la piel. Es una manualidad entretenida, que ayuda sin duda a la meditación. Vale, bueno, bueno, si estás sometido/a a la dictadura del tiempo («He aquí otra manera de medir»:  https://www.youtube.com/watch?v=woX4qUUwqIg  ),

puedes omitir este paso engrandecedor para tu mente y sustituirlo con la cucharadita de bicarbonato; no engrandecerá tu mente, pero minimizará los gases de tu cuerpo.
Una vez pelados (o no) los garbanzos, picarlos con un cuchillo. Echarlos en el vaso de la batidora (por ejemplo), o en un recipiente con fondo, que permita mezclar bien los ingredientes. Añadir la pimienta molida negra, los cominos también molidos, el perejil y el cilantro picado en juliana, los ajos picados también muy finos, la sal marina del Cabo de Gata, un chorrito discretísimo y breve de agua mineral y un chorro bien generoso de aceite de oliva virgen extra.
Remover con energía. Hemos de conseguir una pasta de garbanzo lo más homogénea y compacta posible. Dejamos reposar la pasta un rato.
El feliz resultado de la mezcla debe permitir hacer con la mano unas pelotillas compactas, sin problemas de ‘desmoronamiento’. Las haremos de tamaño medianejo, de unos 3 ó 4 cms de diámetro.
En una sartén con buen fondo ponemos a calentar abundante aceite de oliva. Cuando esté en su punto de fritura, a fuego medio-alto, introducimos las bolas hasta dorar por fuera (tarea lista en unos 4 ó 5 minutos).
Antonio nos aconseja consumirlas recién fritas, acompañadas de la salsa de yogur.

¡Y a disfrutarlas!

PROPIEDADES NUTRICIONALES:

Hablemos del garbanzo, esa legumbre tan popular como los Beatles y una de las estrellas en la dieta mediterránea. Riquísimo en fibra: ayuda a ir al baño, evita y previene el estreñimiento.
Posee cantidades ingentes de ácido fólico (vitamina B12), fundamental para el buen desarrollo del feto en todas las fases del embarazo. El ácido fólico protege no sólo a embarazadas y fetos, protege a todo bicho viviente de ataques al corazón, anginas de pecho y enfermedades coronarias.
Además, mejora la circulación y reduce el colesterol malo. No engorda, eso es una leyenda urbana, lo que engorda es el tocino, morcilla, chorizo, longaniza y demás con que algunos los acompañan en sus guisos.
Rico en azúcares de lenta absorción, son imprescindibles para diabéticos insulinodependientes.

El garbanzo, esa joya de la corona mediterránea.