POLLO con MADROÑOS
Ingredientes para 4 gourmets:
– Pechuga de pollo cortada en trozos gordos (calcula unos 200grs. por boca, teniendo en cuenta la avidez del dueño/a de la misma).
– 25 madroños bien rojos y maduros.
– 2 hojas de laurel.
– 2 patatas bien hermosas partidas en cuartos.
– 2 dientes de ajo con piel partidos por la mitad.
– 1 copita de vino tinto joven, preferentemente de Navalcarnero (Madrid).
– 1 vasito de agua mineral, preferentemente de Lanjarón. O del grifo, siempre que sea potable.
– Pizca de curry.
– Pizca de pimentón dulce dela Vera.
– Sal yodada, preferentemente de Las Salinas de El Cabo de Gata (Almería).
– Aceite de oliva, preferentemente de Tabernas, Almería.
ELABORACIÓN
En nuestra olla express, siempre fiel y servicial, salteamos los trozos de pollo a fuego vivo. Con poco aceite. Previamente habremos desprovisto las pechugas de la piel y de la grasa. Echamos los madroños, los ajos, y el laurel. Vamos moviendo con la cuchara de palo, para que no se agarre el pollo a la olla.
Cuando lo veamos doradito, en cosa de 5 minutos aproximadamente, agregamos las patatas. Damos unas vueltas 1 par de minutos de más, para que también adquieran ese tono dorado (tan favorecedor). Acto seguido regamos con el vino. Dejamos que los vapores etílicos abandonen nuestra olla, siempre acogedora. Entonces bajamos el fuego y completamos con el resto de los ingredientes: el agua, el laurel, el curry, el pimentón y la sal.
Tapamos la olla. Contamos 17 minutos a partir del giro de la válvula. Apagamos el fuego. Esperamos a que se enfríe. Si la prisa nos corroe, es que algo falla en nuestra vida. Ay, a veces, La Vida Qué Mala Es (ya lo decían los 091, que tantas veces lo oyeron de Morente y éste, tantas veces de los abuelos albaycineros. Sin embargo, en ocasiones la vida nos rodea de ángeles; no lo olvidemos).
Literaturas a un lado, volvamos a lo que nos trae. Si hay prisa, podemos descompensar la olla con un chorro de agua fría. Sin embargo, me temo que el planeta no lo agradecerá.
Destapamos la olla y corregimos de sal, si fuere necesario (futuro de subjuntivo).
Menudo pedazo de plato exquisito conseguiremos en apenas 40 minutos, como muchísimo. Acompañaremos con una ensalada simple (puede ser de bolsa) y con pan de centeno. El vino, por supuesto, tinto y joven.
Decoramos con madroños frescos.
PROPIEDADES NUTRICIONALES
Hablaremos del Madroño, ese fruto tan característico de la comunidad de Madrid en serio peligro de extinción.
El invierno es su estación.
Cantidades ingentes de taninos y flavoniodes, convierten al madroño en el hada madrina del corazón. Además, los flavonoides actúan como un antioxidante superpotente, con lo que las células permanecen más tiempo jóvenes, por tanto los órganos y por ende el cuerpo (tenedlo en cuenta los fumadores y bebedores de alcohol). Además, es antiinflamatorio, antibacteriano, astringente (no comer muchos al día para no caer en estreñimientos innecesarios).
Rico en pectina, el consumo de madroños nos ayuda a rebajar el colesterol en sangre.
Plinio El Viejo, ¡casi nadie!, ya decía: “unus deo”, sólo, pues injiriendo más, puede suceder que una embriaguez gustosa, pero quizá inoportuna, se suba a la cabeza… atención pues con las criaturas.
La tradición oral madrileña habla de sus parabienes ¡annti-alopécicos y como regenerador capilar!
¡Y para más inri, hepatopretector!
Por Dios, tirémonos ipso facto a la sierra madrileña a recoger este maná en forma de frutos rojos y esféricos.
Etiquetas: antialopecia, Carmen K. Salmerón, gastro flamenco punk, hepatopretector, madroños, patatas, pollo, vino
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